Después de un invierno en el que las vides se quedan desnudas y dormitando, la primavera reactiva la savia. En marzo aparecen las primeras yemas, en abril empiezan a convertirse en tímidos brotes y en mayo las hojas empiezan a ganar protagonismo, en cantidad y en tamaño. Crecen por días, y esto propiciará que en pocas semanas un color verde vivo sustituya en el campo al marrón de la tierra y los troncos de las cepas.
Todas nuestras parcelas palpitan llenas de vida, y hoy os abrimos una ventana a los viñedos de La Roda, donde cultivamos una gran cantidad de varietales que se han adaptado a la perfección al clima y terreno castellanomanchego.
Aquí tenéis los primeros brotes de Petit Verdot, cuya brotación suele ser de las más tempranas, aunque la maduración de la uva es tardía, lo que obliga a que su vendimia también lo sea. Este varietal proporciona a los vinos un color intenso y aroma especiado a frutas rojas, de sabor pleno, secos y tánicos. En crianza, el aporte de los aromas de caramelo, vainilla y moca de la madera le dotan de gran complejidad aromática. De todos nuestros vinos, el que elaboramos con Petit Verdot es ‘1564 Laude’.
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Junto a la Petit Verdot, la Merlot es una de las variedades tintas más tempranas en su brotación. El vino que se elabora con este varietal se caracteriza por ser muy aromático y carnoso. Si queréis saber a qué sabe un buen vino de Merlot, os recomendamos ‘Olcaviana Merlot’, el vino ecológico que elaboramos con este varietal tan agradecido.
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Y aquí tenemos los brotes de una variedad de uva blanca, la Viognier. Esta uva es de cultivo muy complejo, pero ese trabajo tiene premio, ya que los vinos elaborados con ella son de una gran finura. La Viognier aporta en los vinos una estructura fuerte con largo final en boca. Deja en ellos un intenso perfume de fruta madura, con recuerdos a mango, manzana y melocotón, y notas florales de magnolia y madreselva. Si quieres vivir en primera persona esta fiesta de aromas y sabores, te recomendamos que pruebes nuestro ‘1564 blanco’.
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Y cerramos este post sobre los primeros brotes en el viñedo con estas cepas de Chardonnay. La poda que empleamos con este varietal es corta, para propiciar que la producción sea baja pero de extrema calidad. Este varietal da vinos con aromas delicados, con un ligero toque a ahumado. Es estupendo para la crianza en barricas de roble francés, debido a su alto extracto seco y su escaso nivel de oxidación. Con estas uvas elaboramos ‘Olcaviana Chardonnay’, un vino que deja expresarse con naturalidad al varietal, sin máscaras y con total franqueza.