En marzo las cepas lloran… Pero no están viviendo ningún drama, lo cierto es que la vida vuelve a ellas tras el periodo de latencia en el que permanecen durante el invierno. Os contamos por qué…
La acción se inicia en las raíces, que perciben más calor en la tierra y empiezan a activarse, generando actividad en forma de savia. Esta empieza a ascender para alimentar a la planta y dotarla de toda la energía que necesita para la tremenda labor que ha de acometer.
La savia, en su ascenso, termina saliendo al exterior por los cortes de la poda. Es entonces cuando se generan estas gotas, estas lágrimas, que nos dejan una de las imágenes más bonitas del ciclo de la vid.
Es la señal inequívoca de que pronto volverán a brotar, de que arranca una nueva cosecha, una nueva añada.
*Gracias a Raúl por las fotos :)